4 químicos que no deberían tener tus cosméticos


Cada día estamos expuestos directamente a cientos de químicos provenientes de los cosméticos. Y cuando hablo de cosméticos, no me refiero meramente al maquillaje, sino también al shampoo, pasta dental, desodorantes, cremas hidratantes, esmaltes de uñas, mascarillas y un largo etc. Pero que estos químicos estén aprobados para su uso en humanos, no quiere decir que sean inocuos en nuestro cuerpo o el ambiente. Después de su salida al mercado, siguen siendo objeto de pruebas y estudios, así como tantos otros químicos que luego han tenido que ser retirados.

Hoy concretamente vamos a hablar de los parabenos, siliconas, parafinas y sulfatos, y la importancia de elegir productos orgánicos.

Parabenos

También conocidos como parahidroxibenzoatos, son conservantes utilizados en cosmética para mantener los productos prácticamente inalterables a lo largo del tiempo. Entre sus propiedades están ser fungicidas, bactericidas, estables al calor, con pH neutro (pH7) y extremadamente baratos para la industria. Sus desventajas son que pueden generar sensibilización cutánea, disminuyen la fertilidad al alterar el estrógeno y son potencialmente cancerígenos.

Un argumento frecuente de sus defensores es que las cantidades que se emplean en los cosméticos son mínimas, pero la verdad es que no son los únicos químicos presentes en un producto, ni utilizamos un único producto de cosmética. Frecuentemente los metilparabenos o butilparabenos van acompañados de otro disruptor hormonal que es el cyclotetrasiloxane. Además, estas sustancias son bioacumulables, lo que quiere decir que no se eliminan fácilmente por la orina, como nos han hecho creer.

Para identificarlos, puedes buscar en las etiquetas los ingredientes parahidroxybenzoate, parahydroxybenzoic, todos los terminados en “paraben", “ester", PHB y PHBA, códigos del E214 al E219.

Los parabenos prohibidos en la Unión Europea según el Reglamento (UE) nº 358/2014 en el año 2014 son isopropylparaben, isobutylparaben, phenylparaben, benzylparaben y prentylparaben.


Siliconas

Son compuestos químicos derivados del silicio (arena) a los que se les añaden hidrocarburos, lo cual resulta en un híbrido entre silicio y plástico. En varias fuentes llegué a leer que los plásticos son de origen natural porque provienen de plantas y animales. La verdad es que aunque las moléculas del petróleo sean de origen orgánico, los plásticos siguen siendo compuestos sintéticos, la mejor demostración es que no son biodegradables.

Las siliconas se utilizan en cremas para la piel y productos para el cabello porque crean una película, aislándolos del exterior, con el propósito de conservar la humedad y aportar un brillo y una suavidad instantánea. En acondicionadores, facilita el peinado y protege del calor del secador.

El problema con las siliconas es que van a ocultar el estado real del cabello/piel, impedir su transpiración y la penetración de otros nutrientes, y también son bioacumulables. Los no solubles (como los terminados en xane, conol y cone) son los principales a evitar, que que no se disuelven con el agua. También existen solubles como los que contienen PEG en sus nombres.

En concreto, el cyclotetrasiloxane (D4) es un disruptor endocrino (según Wikipedia, un disruptor es una sustancia química ajena al cuerpo, capaz de alterar el equilibrio hormonal de los organismos de una especie, es decir, de generar la interrupción de algunos procesos fisiológicos controlados por hormonas, o de generar una respuesta de mayor o menor intensidad que lo habitual), mientras que el cyclopentasiloxane (D5) está relacionado con la aparición de tumores endometriales uterinos al ser expuesta una población de ratas a vapores de decametilciclopentasiloxano (D5) durante dos años con la dosis de exposición más alta (160 ppm).

Si bien el Comité Científico Europeo de Seguridad de los Consumidores (SCCS) de momento lo considera seguro en productos cosméticos, "por motivos medioambientales, el decametilciclopentasiloxano solo podrá estar presente hasta un 0,1 % en los productos cosméticos que se laven con agua tras su aplicación después del 31 de enero de 2020.

El D5 está clasificado como muy persistente y acumulable en el medio ambiente, lo que ha llevado a limitar su uso a una dosis muy baja en los productos cosméticos que se aclaran (ya que luego se eliminan con el agua de aclarado). También se está considerando la limitación a esta dosis muy baja en los productos cosméticos que no se enjuagan (...)

Los expertos europeos han tomado medidas para limitar la liberación de D5 en las aguas porque es muy persistente y muy bioacumulativo". 

Parafinas

Parafina, Paraffinum, Paraffinum liquidum, Petrolatum, Petroleum, Glicol Propileno, Vaselina, o Aceite Mineral son nombres para una misma familia de productos, que tienen un efecto semejante al de las siliconas. Son aceites derivados del petróleo que cubren la piel con una película plástica que tapona los poros, evita su respiración y la eliminación de toxinas, e impide que ningún nutriente penetre en ella.

Los derivados del petróleo utilizados en cosmética también podrían generar sensibilidad química múltiple (SQM). Según Escudero (2010), «El Dr. Theron Randolph, alergólogo, describió en 1952 el caso de un vendedor de cosmética que presentaba un cuadro de dificultad respiratoria, asma, fatiga, irritabilidad, depresión y pérdida de su habitual capacidad de concentración y que atribuyó a los derivados del petróleo. El Dr. Randolph denominó el cuadro como “Susceptibilidad Química“».

Los productos oil free para pieles grasas no funcionan especialmente por que los aceites sean contraindicados para este tipo de pieles, sino por que en su composición no hay parafinas. Además, nuestro cuerpo no puede metabolizarlas y algunas parafinas se acumulan en el hígado, riñones y ganglios linfáticos.

Los aceites también son potentes contaminantes del agua y medio ambiente en general. Los aceites, al ser menos densos que el agua, se extienden sobre la superficie de ésta, creando una película que imposibilita los procesos biológicos como la reaireación (el intercambio de gases entre el agua y la atmósfera) y la fotosíntesis.

Sulfatos

Los más comunes son el Sodium Lauryl Sulfate y el Sodium Laureth Sulfate. Se utilizan en casi todos los productos de limpieza porque hacen mucha espuma y cortan la grasa, lo que también los vuelve muy abrasivos contra piel y pelo. Tanto, que se excluyen en los ingredientes de los champúes infantiles o para cuero cabelludo sensible, para evitar la irritación cutánea y ocular. Tampoco lo contienen los shampoos para conservar el tinte del cabello o tratamientos como la keratina. Lo ideal es utilizar un champú sin color, olor y que haga mínima espuma.

Cantidades muy pequeñas de 1,4-dioxano se encuentran como contaminantes en algunas sustancias químicas usadas en cosméticos, detergentes y champús. En concreto, el 1,4 Dioxano es probablemente cancerígeno. Algunas personas expuestas brevemente a niveles bajos de 1,4-dioxano se quejaron de irritación de los ojos y la nariz. La exposición a niveles muy altos puede causar alteraciones graves de los riñones y el hígado, y posiblemente causar la muerte.


Como ya habíamos hablado aquí, los produtos orgánicos en cosmética son aquellos que usan materias primas de origen natural como grasas y extractos vegetales, ceras y aceites esenciales cultivados sin químicos, plaguicidas ni agroquímicos. Para considerarse cosmética orgánica, al menos el 95% de sus ingredientes deben ser orgánicos, extraídos con métodos naturales y mínimamente procesados. Esto también los hace más seguros para el organismo.

¿Sabías algo de esto?

Con información de ElenaHG


Jessymar Daneau Tovar (@letroupe)

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