La moda ha sido vista durante cientos de años como un fenómeno elitesco, reservado para las altas clases y sin embargo, todos nos vestimos. A partir de los años 50, con la aparición del Prêt-à-porter, ready-to-wear o listo para llevar, la moda se volvería una cuestión popular y se masificó, debido a la producción con patrones, se estandarizaron las tallas, las prendas se empezaron a fabricar a gran escala en serie y la ropa de diseño, bien confeccionada, alcanzó a otros estratos sociales.
La democratización de la moda ha sido consecuencia directa de la aparición de las marcas fast fashion, estas se definen como la reproducción de las tendencias vistas en las grandes pasarelas, en el menor tiempo posible, a un precio ínfimamente menor.
Entre las marcas más conocidas de fast fashion tenemos a la gigante Zara, Bershka, H&M, Topshop, Forever21. Yo incluiría también a las grandes tiendas chinas online como SheIn, Romwe, Zaful, que son la copia de la copia.
En enero de 2016, Louis Vuitton firmó una alianza global con Unicef y prometió ayudar a niños en situación de emergencia en Siria y Nigeria. La marca creó un producto especialmente diseñado para esta causa, llamado Silver Lockit, en versión colgante y pulsera, y hasta la fecha han logrado recaudar 2,5 millones de dólares, $200 por cada Silver Lockit vendido.
Bien sea en una tienda online o en un comercio físico, hay algunos consejos que quiero darles para aprovechar las ofertas de Black Friday y no enloquecer en el intento (o hacer una mala compra):