La democratización de la moda, ¿qué implica?


La moda ha sido vista durante cientos de años como un fenómeno elitesco, reservado para las altas clases y sin embargo, todos nos vestimos. A partir de los años 50, con la aparición del Prêt-à-porter, ready-to-wear o listo para llevar, la moda se volvería una cuestión popular y se masificó, debido a la producción con patrones, se estandarizaron las tallas, las prendas se empezaron a fabricar a gran escala en serie y la ropa de diseño, bien confeccionada, alcanzó a otros estratos sociales.

Con la aparición de tiendas como Zara y Forever 21, las personas podían tener en poco tiempo las tendencias impuestas por las grandes casas en las pasarelas, por un precio ínfimamente menor.

Recientemente con la explosión de los blogs y las redes sociales, el público puede ser crítico o generador de tendencias y cómo no, existe mayor libertad para elegir el vestuario, pudiendo crear su propio estilo o adaptarse a unos estereotipos ya establecidos.

Citando a Víctor Suárez: “La moda ya no marca o define un estatus socio-económico, sino una forma de entender la vida, de forma que existen tantos modos como grupos sociales".

La democratización de la moda también implica que se desarrollen nuevas y mejores materias primas, equipos, procedimientos, permitiendo así optimizar la producción y los precios.

La democratización podría entenderse como un fenómeno que arropa toda la cadena de la moda, incluso hasta llegar a las pasarelas. Estamos viendo un cambio en las modelos tradicionales, cada vez son más las chicas plus size o de tallas grandes; nunca nos hubiéramos imaginado ver desfilando a una mujer con vitiligo, o a una niña con síndrome de Down, o a hombres y mujeres con extremidades amputadas. 

Este es claramente un cambio en la forma de ver la belleza, que genera inclusión y representación de una gran parte de la población que antes no se veía reflejada en las editoriales de moda, o bien, una forma de discriminación positiva (el reconocimiento de las diferencias culturales de los grupos minoritarios o que históricamente hayan sufrido discriminación, con el objetivo de llegar a una sociedad más justa y equitativa).

Pero no todo es positivo. Que la moda se haya vuelto un fenómeno de masas también significa que se estarán produciendo prendas de ropa a una escala superior a lo que se necesita, generando consumismo exacerbado. 

En 1998 se desecharon en Estados Unidos más de cien mil toneladas de ropa usada, ¿cómo se sostiene todo este peligroso sistema de usar y botar? Con mano de obra que está muy cerca de la esclavitud. Las condiciones en las que se fabrican las prendas de ropa masificadas frecuentemente son deplorables, y si los países no cuentan con legislaciones fuertes, fácilmente se pueden ubicar en ellos maquilas, talleres industriales con mano de obra barata.

Y tú, ¿estás de acuerdo con la democratización de la moda?

Jessymar Daneau Tovar (@letroupe)

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