The True Cost y el precio del consumismo

true cost minimalism

La mayoría de nosotros cuando escucha la palabra “moda”, piensa en ropa nueva, desfiles, modelos, revistas, color y, por supuesto, belleza. Pero muy pocos de nosotros asociamos la moda a contaminación, subdesarrollo o explotación. Y, lamentablemente, eso también es parte de la industria, tal como lo reseña el documental “The True Cost”.

En este filme, disponible en Área Documental, el director Andrew Morgan desentraña una pregunta simple (“¿de dónde viene nuestra ropa?”) pero cuya respuesta es la complicada historia de la “fast fashion” en la que se unen las trampas del consumismo, el globalismo, el siempre querer más, y en la que salen como perdedores las personas más vulnerables y el planeta. Todo esto porque la industria de la moda rápida opera bajo la premisa: hacer más ropa de menos calidad por el menor precio posible para que compren más y más.

En la cinta se ve que si podemos comprar ropa “barata” es a costa de mujeres que trabajan en Dacca (Bangladesh) sin condiciones apropiadas de seguridad (recordando el desastre de Rana Plaza) y apenas ganando tres dólares al día, como mucho. También ver cómo el uso de algodón modificado genéticamente para poder producir más, causan enfermedades como cáncer o malformaciones en pueblos enteros. O como millones de toneladas de ropa se desechan sin siquiera ser usadas porque simplemente hay demasiada ropa que no se vende.

Una de las soluciones que muestra la cinta, son las empresas sostenibles que están dispuestas a hacer ropa de forma justa que beneficie a todos los involucrados en el proceso, incluyendo el planeta. Pero, aunque muchos de nosotros podemos entender que al comprar en retailers estamos apoyando un sistema de explotación, todavía nos cuesta despegarnos de la creencia de que “entre más, mejor”. Y para eso, podemos recurrir a otro documental: “Minimalism”.

En “Minimalism”, disponible en Netflix, se explora con más detalle el aspecto psicológico del consumismo, el cual se basa en la idea errónea de que solo podemos ser felices si tenemos más estatus o más dinero. Pero sus protagonistas han abrazado la idea contraria: tener menos cosas te dará una vida con más valor. Y, realmente, creo que valor es la palabra clave en todo esto.

Si valoramos más nuestra ropa, la usaremos más y botamos menos. Si valoramos más a la gente que la confecciona y a nuestro planeta, nos inclinaremos por marcas sustentables. Y, sobre todo, si nos damos cuenta que el verdadero valor está en las personas y no en las cosas, podríamos empezar a construir un nuevo paradigma, más amable con el planeta y todos.

Natalia Lobo

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