¿Sabías que en China se puede conocer el color que estará de moda solo viendo el color de los ríos? El ineficiente tratamiento de aguas residuales de los tintes de la industria textil a gran escala hace que a las corrientes hídricas lleguen pigmentos sintéticos, contaminando así todo a su paso.

A pequeña escala existen alternativas de tintes naturales extraídos de plantas y minerales que, sin duda, forzarán a hacer un cambio positivo en la industria, la cual deberá adaptarse a estas nuevas tendencias de producción y consumo.

Una marca que ha sido agente de cambio en este sentido es Carol Leal, quien para su colección Maraisa, reintrodujo la tradición de los tintes naturales en la etnia Warao, costumbre que había sido sustituida por pinturas textiles sintéticas como Wiki-Wiki.



A través de la Fundación Tierra Viva, hicieron un enlace con la etnia Yekuana, en el estado Bolívar, quienes enseñaron a las Warao de Delta Amacuro a tinturar las fibras de moriche con barro, semillas de onotillo, plantas como carapo, chinchamochina, murusa. Con estas fibras, las artesanas materializaron unos hermosos accesorios, diseñados por Carol. Para su tercera colección, Crecer, le ha dado continuidad al co-trabajo hecho de la mano del pueblo Warao.

Elisa Rondón también está siendo parte del cambio a través de su marca Capacho, creada en 2014, cuando se inició fabricando ropa para sí misma con una máquina de coser familiar. Más adelante, sus compañeras de la universidad comenzaron a hacerle encargos, y así empezó a vender kimonos y faldas, y luego tops tejidos de crochet que hacía una amiga suya. Capacho toma su nombre de la flor Canna y del pueblo tachirense en donde creció el abuelo de Elisa.



Hoy, Elisa tintura sus creaciones con semillas y piel de aguacate, flores, té y cúrcuma. Capacho le dauna nueva vida a los desperdicios del aguacate, y así nos explica su técnica:

Para teñir con aguacate se debe primero limpiar bien las semillas y las cáscaras. Luego se pone a calentar agua en una olla grande, preferiblemente de aluminio. Se agregan las semillas y la piel del aguacate, y se ponen a fuego bajo-medio hasta que el calor empiece a extraer el tinte rojizo. Posteriormente se deja a fuego bajo de 1 a 2 horas, o hasta que el tinte tenga el color deseado. Luego se apaga el calor y se deja reposar toda la noche. Al día siguiente cuando se agrega la prenda al tinte, se vuelve a calentar también de 1 a 2 horas y se deja reposar toda la noche.

Al día siguiente retiras las prendas y enjuagas con agua hasta que salga sin color. Luego la pones a secar a la sombra y después la puedes lavar en lavadora con agua fría para terminar de remover el exceso de tinte, y listo :). El color resultante es rosado.

Para teñir con semilla de aguacate, aconseja que las telas sean de origen natural también (lino, algodón, seda, lana). No se aconseja teñir telas de origen sintético porque no absorben el tinte de la misma manera.

Una de las técnicas que más me sorprendió de las Warao fue la de tintura con barro. Las fibras son enterradas hasta que adoptan el color característico de este.



Carol señala que los tintes naturales tienen buena durabilidad, dependiendo de los cuidados que tengan las piezas. La fibra moriche debe mantenerse a salvo de la humedad, a diferencia de la bora, que es una planta acuática. ¡Con moriche se fabrican chinchorros que pueden durar décadas!

Según la experiencia de Elisa: “Ya tengo tiñendo más de un año con aguacate, y las prendas todavía conservan bien su color. Sí se debe reconocer que no tienen la misma durabilidad de los tintes sintéticos. El color siempre se va a mantener, pero su intensidad puede ir variando con el tiempo, sol, lavadas, etc. Siempre se recomienda secar en la sombra las piezas teñidas de esta forma, y también usar mordientes antes del teñido. Cuando se venden piezas teñidas naturalmente siempre se le explica al cliente que el color puede variar y transformarse con el tiempo, es parte de la magia y la naturaleza".

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Jessymar Daneau Tovar (@letroupe)