Qué hacer cuando todo esté saliendo mal
En medio de veintidós días sin servicio de Internet y cerca de dos meses casi sin poder tomar libremente el Metro ni salir sin respirar gas lacrimógeno, no podía escribir otra cosa diferente a como me siento actualmente.
La vida no es una película, no siempre va a tener un final feliz. No pienses que solo por ser buena persona te van a pasar cosas buenas como recompensa, ni que a las malas personas les va a ir mal o la van a pagar en algún punto de su vida. Eso tiene sus excepciones.
El “universo” no tiene leyes y no conspira a favor ni en contra de nadie. Cree lo que quieras, pero el mundo no funciona así. No existe una ley de la atracción, y solo porque tengas pensamientos positivos no necesariamente te va a ir bien. La gente común cree más en el poder de las palabras que en las acciones y eso está mal. No puedes controlarlo todo, existen imposibles y esa es la realidad. El mundo no es justo, la vida no es siempre bella y es así, no la he inventado yo. No siempre lo mejor es lo que pasa, pero al final todo va a estar bien y la vida siempre encuentra su cauce.
La vida no es una película y por lo tanto no hay un guión para ella. Me gusta pensar que más bien es como un videojuego en donde el mundo te viene impuesto, pero depende de las decisiones que tomes, vas a tener diferentes desenlaces. Tal vez yo no soy la mejor consejera de vida, pero sí te puedo recomendar (hasta a mí misma) qué hacer cuando todo esté saliendo mal:
1. Haz lo que quieras (dentro de los límites). Si quieres quejarte, llorar, gritar, maldecir, renunciar, echarte a morir por días o semanas, ignorar, batuquear una puerta… Hazlo. Pero no te quedes ahí para siempre. En cuanto la marea baje, empieza a hacer pequeñas cosas para mejorar tu vida o resarcir el daño causado. El tiempo pasa lento, pero al final pasa y todo va a estar bien.
2. No lo fuerces. No todos los sueños se hacen realidad, al menos no exactamente como lo planeabas, pero retírate con la satisfacción de haber hecho lo posible y un poco más. Luego, suéltalo. Si no lo consigues, se habrá abierto otra puerta. No confundas la persistencia con la obsesión. Muchas oportunidades suceden solo por saber estar.
3. Un plan es un bambú, no un roble. Es importante planear para saber qué decisiones tomar, pero debes ser flexible y no rígido, porque la vida es impredecible. Si las cosas no salen bien, evalúa otras posibilidades. Mira el ejemplo de Tiendas Ku, en el 2015 pudieron haber cerrado e ido del país, pero se reinventaron con la moda sostenible y salieron adelante como Kufashiongroup.
4. ¿Qué puedo hacer con esto? No te preguntes “¿por qué a mí?” dándote autocompasión, ni te quedes sintiéndote culpable. Más bien busca la manera de ayudarte a ti y a los demás en el proceso, y analiza qué puedes aprender.
5. Supéralo tú mismo y [luego] pide ayuda. Haz tu parte, lo que sabes que puedes y lo que no sabías que podías, eso te ayudará a crecer como persona, y luego busca apoyo en otros con pequeños gestos que tú realmente necesitas. Nunca estás solo, pero tampoco esperes que las demás personas resuelvan tu vida por ti.
6. Puede pasar, pero no esperes que pase. Si eres como yo, seguramente inviertes horas pensando en lo peor que puede pasar y tratando de evitarlo. Los optimistas pueden ver este comportamiento como una aberración, aunque yo te puedo decir que no está mal. Pero en lugar de quedarte un rato con el mismo pensamiento obsesivo en la cabeza, piensa a la vez en cómo prevenirlo y en la solución más sensata a esa amenaza. Listo, ya sabes cómo actuar en caso de que eso tan horrible suceda, ahora puedes continuar con tu vida. Esto se llama plan de contingencia en gestión de crisis.
7. Piensa bien. No se trata de pensar en positivo, sino que si vives desconfiando de todos y de ti o pensando que no hay salida, vas a actuar impulsivamente y a tomar malas decisiones de las que luego te vas a arrepentir. Sé que a veces puede ser difícil, pero valora lo bueno que en el momento presente tienes. Entrena tu mirada para ver la belleza que existe.
8. Acepta las soluciones. Si vas a vivir hablando sobre tus problemas, que no sea solo un simple desahogo. Las demás personas interpretan esto como que estás buscando una solución en ellas, y se frustran si no pueden brindártela o si ven que es un problema inconcluso. Abre tu mente a nuevas perspectivas.
9. Si te hace daño, aléjate. Física y mentalmente, al menos un tiempo, regálate dejar de pensar y sufrir. La distancia y el tiempo pueden darte la aceptación y el perdón. No tienes que tolerar lo intolerable, ni poner la otra mejilla.
10. Confía en tu instinto. A veces, hasta quienes deberían tener más experiencia también se equivocan, solo porque las circunstancias son diferentes para cada quien. Así que se vale hacer lo contrario a eso que te dijeron personas con buena o mala intención, tus padres, tu familia, tu mejor amigo, el libro de autoayuda, tu psicólogo o este artículo.
Jessymar Daneau Tovar (@letroupe)
El look
Blazer: Talbots Petites (Kufashiongroup)
Blusa: Natural Equipment, customizada por mí
Shorts: Traki
Lentes: Romwe
Zapatos: Nine West
Cartera: Parfois
Collar: Mineraux
Locación: Mirador Boyacá
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