Bel: feminidad y elegancia hecha en Venezuela


A finales de 2021, la venezolana Claudia Sabater comenzó a estructurar su propia marca de lencería femenina completamente confeccionada en este país. Un año después, su proyecto salió a la luz bajo el nombre de Bel, una marca que exalta la elegancia, la delicadeza y la femineidad, orientada al detalle, que evoca una estética parisina y coquette, expresada a través de encajes, lazos y cut-outs.

El origen del nombre Bel proviene del diminutivo otorgado por su prima menor a “Claudia Isabel", demostrando el vínculo cercano que la diseñadora ha tenido con su familia y cómo las mujeres constituyen una gran fuente de inspiración para ella.


La suavidad de esta estética se transmite en la calidad de sus telas satinadas, de tul y algodón. Incluso presenta batas y kimonos (con plumas removibles) en los mismos materiales, para complementar el glamour de su nightwear. Bel presenta una paleta de colores románticos asociados a la delicadeza femenina como lila, beige, negro, rosa pálido, gris y verde aquamarina.


Claudia tuvo la amabilidad de recibirme en la casa club del Country Club en Caracas, en una agradable y calurosa tarde de mayo, y compartimos una inspiradora conversación, que reproduzco a continuación:

1. Cuéntame un poco de ti, Claudia, y por qué el concepto de tu marca es el romanticismo y la estética parisina.

Desde muy chiquita he sido amante de la moda, va con mi personalidad. Desde pequeña hice cursos, por ejemplo, en [el Istituto] Marangoni, como Fashion Stylist, después trabajé en EPK en el área de diseño y de mercadeo. Entonces, estuve muy involucrada en ese momento con la moda infantil. Pero siempre yo tenía en mi cabeza que yo en algún momento iba a crear mi propia marca, siempre tuve esa necesidad.

Por cosas de la vida, yo me voy a estudiar mi posgrado de Gestión de Producto de Moda en un Master en Madrid, en el IED [Instituto Europeo di Design], y terminando mi Master, me contratan en Sephora España en Visual Merchandising. Hago una pasantía de siete meses con ellos, y me regreso a Venezuela, porque mi plan era siempre casarme con mi esposo –seguíamos siendo novios en el momento en el que yo me fui a España-.


Entonces, regreso y nos comprometemos, pero comienza la pandemia. Yo fui a Miami a un matrimonio y me quedé varada seis meses. Me regreso, y ahí es cuando, sin poder salir del país, porque todo estaba obviamente parado, me di cuenta de que no había ropa interior bonita y pijamas

Me fijé en que hace falta eso, y yo siempre he sido una persona que considera que uno tiene que verse bien de adentro hacia afuera. Así como la inteligencia emocional es importante, la estabilidad mental, como buscar ese wellness y ese balance, también creo que si tú haces cosas como meditar, o vestirte con la ropa interior bonita, tú haces cosas para sentirte mejor en el día a día. 


Para mí, siempre una pijama bonita y una ropa interior bonita ha sido superimportante. Sentirte bella y resaltar tu belleza interior. Entonces, como mujeres, a veces estamos un poco más deprimidas, hormonales, o lo que sea, y si nos vemos al espejo con algo bonito, pues obviamente nos sentimos mejor.

En ese momento surge la idea. Cuando me iba a casar, yo quería una bata de novia toda bonita. Siempre he amado París, es una de mis ciudades favoritas en el mundo, y yo soy muy así, siempre he sido muy femenina, y desde pequeña, mis amigas en el colegio siempre decían: “Claudia es la más coqueta de todas”. 

Yo siempre amando la feminidad, la delicadeza, la elegancia –me parece que esas tres cosas son importantes y no se pueden perder en una mujer-. Y a pesar de que uno es cómodo a final del día, que siempre tienes ese monito rico en la casa, y esa franela que no te quieres quitar, creo que toda mujer debe sentirse poderosa, debe sentirse empoderada de adentro hacia afuera.


2. ¿Estudiaste una carrera acá [en Venezuela] también?

Sí, yo estudié en la [Universidad] Metropolitana, Estudios Liberales. Cuando iba a estudiar, quería algo que no fuera únicamente técnico. Yo no me consideraba buena en diseño o pintando. Tengo buenas ideas, se me ocurren, las visualizo, pero digamos que pintar no es lo mío. Entonces yo dije, no me voy a cerrar a algo, y creo que en la vida tú puedes hacer varias cosas, no tienes por qué cerrarte. 

Estudié Estudios Liberales, que era muy amplio, tenía cuatro ramas importantísimas que eran: Política, Historia, Psicología y Economía, y eso te daba una apartura tan grande, que después yo mi posgrado lo pude hacer de Gestión de Producto de Moda específicamente, que en realidad es como un Mercadeo de Moda. En realidad esa es la definición, es Fashion Merchandising, que es especializado en moda. De ahí nace Bel, de la feminidad, de la necesidad de que la mujer siempre se vea bonita, se vea elegante, y no únicamente para salir a la calle, sino internamente.


3. ¿Cuánto tiempo te tomó desarrollar la marca, desde la idea inicial?

En realidad, la idea viene, como te digo, a finales de 2021, pero ejecutarla completamente me tomó un año, desde que en verdad me puse con el taller, diseñar, probar telas, patrones, todo eso, y salir a la venta, fue un año.

4. ¿Cuál es el principal reto de confeccionar sus prendas Venezuela?

Yo fui superafortunada. Por cosas de la vida, encontré en Instagram a una diseñadora que está en España, pero su producción era en Venezuela. Yo tenía tiempo buscando talleres y dónde poder producir, porque siempre he creído en el talento nacional, y que si uno quiere crear una marca venezolana, el deber ser es producir en Venezuela, o al menos eso es lo que yo considero. Yo creo que aquí hay muchísimo talento, y hay que darle a la gente la oportunidad. Qué mejor que una marca venezolana, que nazca en Venezuela, y que sea hecha en Venezuela.


Entonces, por cosas de las redes sociales, mencionan al taller, cosa que casi nunca hacen, y me reúno con estas personas, que se llaman Estefani Delgado y Nicole Prusza de Futuro Atelier. Tengo la primera reunión con ellas, y tuvimos un click espectacular

Son dos niñas supertalentosas que ofrecen una cantidad de servicios espectaculares, no solamente de la confección como tal de las piezas, sino que también te hacen un inventario de cuántas piezas deberías sacar, te ayudan con el tema de mercadeo, cuál sería un buen estilo para lanzar, te dan muchísimos datos y tips que para una persona que está empezando son muy útiles, y además te facilitan proveedores, lo cual, para alguien que no conoce el mercado venezolano, como te digo, yo había ido a Madrid, me quedé encerrada en Estados Unidos y estaba recién llegando a Venezuela, es decir, no tenía mucho conocimiento del mercado acá, fue maravilloso. 


Son unas niñas supertalentosas que me ayudaron con el tema de plasmar las ideas que yo tenía del diseño, buscar las telas, hacer los patrones, hacer las muestras y la producción. Entonces, de verdad estoy muy feliz con esa dupla que hemos hecho, y estoy segura de que vienen cosas increíbles con ellas.

Uno de los retos, es que es superdifícil cuando tú no manejas un taller propio. Esto es un servicio, y el hecho de tener personas comprometidas en los detalles, en la calidad, en la perfección, y que a su vez el servicio sea a la excelencia para la persona que lo está contratando, en este caso yo, para mí fue increíble, porque sí es verdad que es un reto en Venezuela conseguir proveedores, conseguir la persona adecuada con las carencias que tiene el país. 


Hoy en día, mucho talento se ha ido. No todo el mundo está en lo que quiere hacer, sino en lo que tiene que hacer para poder sobrevivir. Entonces, mucha gente talentosa que antes tenía sus talleres, con buenas costureras, se ha ido. 

Yo recuerdo cuando era chiquita, que con mi mamá teníamos gente talentosísima, costureras que eran portuguesas, españolas, y lamentándolo mucho, todo ese talento migró. Entonces, encontrar de verdad ese talento, y sobre todo el tema de los proveedores y de los tiempos, de los costos, producir aquí es costoso. Es un reto el tema económico de un emprendedor en Venezuela, siento que no hay valor más gratificante que devolver un poco de lo que tú estás recibiendo, o vas a recibir.

Ellas de verdad que son dos niñas supertalentosas, superamorosas, más allá de tener una relación laboral, hoy en día también tenemos una relación de amistad, y ellas de verdad han sido mis consejeras, me han guiado, hemos tenido ese feedback de ambas, yo como cliente les digo: “niñas, deberían hacer esto, deberían hacer aquello”. Hemos hecho un buen equipo.


5. ¿Cómo se aseguran de que su cadena de producción esté desarrollada éticamente?

Además de que está Futuro Atelier, en el cual confío, yo he estado superinvolucrada en todo el proceso. Hay varios procesos que se cumplen en el diseño y la ejecución de la colección, y ahí hacemos pruebas de todo, de absolutamente todo, tanto con modelos, como del lavado de las prendas, la calidad de los materiales… Se hace un proceso superselectivo, en el cual, tanto ellas como yo, estamos superinvolucradas en que todo funcione.

6. ¿Se puede decir que toda la cadena de producción es transparente?

Es transparente y es tangible, puedes verla en el momento. Yo he tenido muchísimas reuniones para ir probando cada una de las piezas, y eso le suma valor a la marca, porque al final del día, es un atelier, pero es muy artesanal, porque es un trabajo hecho por mujeres venezolanas, donde, a pesar de ser una misma secuencia, cada pieza está hecha por una mujer venezolana, dedicada, pensada y revisada, no es algo masivo.


Y eso creo que también es superimportante, porque no estamos haciendo 250 pijamas o 300 sostenes en un mismo día. Aquí está 100% involucrada cada mujer que está cosiendo. Cada camiseta, cada short, cada blusa, cada pantalón, cada sostén, cada panty, está siendo revisado y hecho en su momento por esa mujer, en un horario, en un día. 

Es un reto competir con lo que los clientes creen que deberían costar tus cosas, porque hay un valor agregado, que es eso, no es fast fashion. Son piezas hechas a mano, con un tiempo de producción que no es corto, y eso también es un súper reto, porque lo comparan mucho con Estados Unidos: “es que una pijama en Target a mí me cuesta 34 dólares”, pero claro, esa pijama está hecha en China, y les cuesta 0.50 centavos el short y un dólar la blusa, y te lo están cobrando en 34. Sí, tiene unos aranceles, pero al final, ¿cuánto se está ganando Target por la pijama? Versus, algo que está siendo 100% hecho aquí, con los mejores materiales, con mujeres que se les está dando trabajo en Venezuela. Es diferente, no es comparable. Es comparar peras con manzanas.


7. ¿Tienes pensado expandir tus canales de venta a futuro?

Sí, próximamente estaremos lanzando la página web, y adicionalmente estamos trabajando en un showroom que estará listo, si Dios quiere, a finales de julio. 

8. ¿Algo más que quieras comunicar?

Primero, agradecerte a ti por tomarte el tiempo para la entrevista. Y hacer un llamado a la gente que cree en Venezuela, que es muy talentosa. A veces, emprender da miedo, pero la verdad es que, cuando tú haces algo con pasión, con entrega y con ganas de hacerlo bien, ves el fruto, y creo que en Venezuela hay muchísimo talento ahorita, y estoy feliz de que se esté apoyando el talento venezolano. Estoy segura de que muchas marcas que estamos ahorita aquí, empezando, vamos a hacer nombre también internacionalmente.◼︎

Muchas gracias a Claudia por su amable entrevista, y a Blue Press Service por hacerla posible. Puedes encontrar la primera colección de Bel a través de sus canales sociales (Instagram @belcaracas) y en la tienda conceptual Maison 11 en Caracas.

Jessymar Daneau Tovar (@letroupe)

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