El alojamiento en el hotel incluía el traslado a Cayo Sal, pero cuando llegué a ese islote tuve el feeling de Camurí Chico en Semana Santa, por eso tomé otra lancha hacia Cayo Peraza, que sí me pareció un total paraíso y era exactamente lo que buscaba: escapar del bululú. Y por favor, ¡cuando vayan a la playa recojan sus desechos!

Definitivamente yo amo al mar Caribe y su sabor a daiquiri, mojito y piña colada; no me imagino viviendo con otro soundtrack que no sea salsa, merengue y reguetón.

Respecto al traje de baño que me tejí, solo lo hice en la parte superior y combiné con una panty que ya tenía, así me ahorré el tener que comprar otro, que en Venezuela es casi imposible ¿Y qué más ecológico que algo hecho con nuestras propias manos?

El Look

Traje de baño: http://amzn.to/1JFWRd4

Lentes: Naïf (Aishop)

Zarcillos: Mercado de Los Palos Grandes